Tal y como nos lo planteamos desde el principio, la Selección masculina ha ido avanzando en estos Juegos Olímpicos paso a paso hasta llegar al próximo, el penúltimo, el primero de los dos en los que el equipo va a luchar por lo que ha venido a luchar: por una medalla, la más alta posible, incluida la de oro, por supuesto.
El triunfo del miércoles sobre Croacia en los cuartos de final, con autoridad y buen baloncesto, nos ha vuelto a abrir las puertas de la historia, con el recuerdo de aquella plata de hace casi un cuarto de siglo en Los Angeles. Y es maravilloso soñar con este Equipo, con mayúsculas, como los son todas nuestras selecciones.
La presencia en las semifinales olímpicas por segunda vez en nuestra historia certifica el compromiso de esta generación de jugadores, varios de los cuales iniciaron el camino de la gloria con su título de campeones del mundo junior en 1999. El compromiso, sí, pero también la calidad, deportiva y humana, de este grupo extraordinario.
El siguiente escollo es Lituania, un rival con el que en los últimos años nos hemos visto las caras en numerosas ocasiones, de gran nivel también, con grandes jugadores y mucha ambición. Va a ser una final en toda regla, de la que todos confiamos salir con un nuevo éxito histórico. Como siempre, tenemos toda la confianza puesta en la capacidad, competitividad, espíritu y orgullo de nuestro Equipo.
ORGULLOSOS DE LAS CHICAS
Es una pena que no esté también nuestra Selección femenina luchando por una medalla. Pero debemos valorar como merece el quinto puesto obtenido por las chicas de Evaristo, que significa otro hito histórico. Nos apeó el campeón de Europa y subcampeón del mundo, un equipo potentísimo. Pero ninguna derrota nos va a impedir sentirnos orgullosos de este Equipo, también con mayúsculas. Estoy convencido de que en el futuro nos va a seguir dando muchas alegrías.
Como nos las siguen dando nuestras selecciones de categorías inferiores, al-gunas consiguiendo medalla y todas sin excepción compitiendo al máximo nivel. Entre todos y todas nos hacen mantener el convencimiento de que el futuro del nuestro baloncesto será aun mejor.