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sábado, 29 de agosto de 2009

Hace sólo 25 años

Hace 25 años, sólo 25 años, mientras nosotros trasnochábamos en España, un equipo inolvidable nos hacía soñar desde Los Angeles. Hace 25 años, pero parece que fue ayer porque aquella medalla de plata olímpica de 1984 ha sido para toda una generación de españoles la mayor referencia histórica de nuestra pasión por el baloncesto.

Ahora, un cuarto de siglo después de aquel agosto inolvidable, muchos de quienes entonces lo vivimos y lo dormimos en función de los partidos de nuestra Selección lo seguimos haciendo verano a verano, cada cual desde su cargo pero todos con idéntico sentimiento de ilusión por un deporte, nuestro baloncesto, que en gran medida aprendimos a amar gracias a aquel equipo.

Para la FEB va a ser un motivo de orgullo reunir este día 30 en Murcia a una gran parte de quienes lo formaron en Los Angeles, para hacerles llegar el merecido homenaje y las mayores muestras de agradecimiento de todo un deporte y de todo un país volcado en él. Tristemente no podrán estar todos, y gran parte de nuestros recuerdos estarán dedicados a dos de los protagonistas de aquella medalla legendaria, Antonio Díaz Miguel y Fernando Martín, a cuya ausencia nunca nos podremos acostumbrar.

Reunirles además junto a nuestra actual Selección –que, como aquella, también es brillante subcampeona olímpica, además de campeona de mundo- será una satisfacción doble, porque los éxitos de los que ahora gozamos son sin lugar a dudas herederos del espíritu con el que aquel Equipo dejó huella en la historia de nuestro baloncesto.

Es un placer celebrar el 25 aniversario de aquella plata de Los Angeles que de alguna forma marcó también una parte de nuestras vidas.

viernes, 21 de agosto de 2009

No nos van a decepcionar

Conseguir siete medallas sólo puede ser fruto del trabajo en equipo, el compromiso de jugadores y técnicos y, por supuesto, la calidad y competitividad de todos ellos. Es lo que han ofrecido nuestras selecciones en este verano histórico, y lo que nos permite reafirmarnos en nuestros planteamientos y método de trabajo, especialmente porque los éxitos logrados por nuestras selecciones en categorías de formación nos han permitido no sólo disfrutar de este verano sino también poder seguir mirando al futuro con optimismo, ilusión y ambición.

No es el primer año que España se consagra como la mejor cantera de Europa. Lo somos, además, tanto en chicas como en chicos. Liderar los tres rankings –el masculino, el femenino y el general- no puede evidentemente ser producto de unas buenas actuaciones puntuales; es el resultado del trabajo realizado no únicamente en unas semanas de concentración y competición sino durante toda una temporada, o varias.

Nuestros jóvenes, chicas y chicos, demuestran cada verano que si se les deja competir, están al máximo nivel internacional; que si se les hace un hueco, lo cubren como los mejores. Por eso he dicho, y repito aquí, que sería un crimen que a todos ellos y ellas no les llegara la oportunidad de poderlo demostrar también en nuestros clubes de elite, en los que a veces recalan auténticas medianías que, inevitablemente, cierran el paso a nuestros jóvenes.

En la FEB estamos plenamente consagrados a la tarea de perseguir el crecimiento de nuestro deporte, a todos los niveles y a partir de todos los estamentos. Pero tenemos que ser todos conscientes de que ese crecimiento pasa en gran medida por apuntalar el futuro confiándolo en gran medida a nuestros jóvenes. No sólo porque lo merecen y lo reclaman sino porque no nos van a decepcionar.

jueves, 13 de agosto de 2009

Imprescindible para seguir creciendo

Haber subido al podido en todos los campeonatos en que hemos participado este verano es uno de los mayores éxitos de la historia de nuestro baloncesto femenino. Y haberlo hecho en todas las categorías refuerza aun más la evidencia de que no son resultados puntuales sino fruto del trabajo continuado en toda la pirámide de nuestro baloncesto que, además, nos hace vislumbrar un ilusionante futuro.

Como hemos dicho en otras ocasiones, tan orgullosos estamos de estas cinco medallas como de la forma en que se han conseguido: con carácter ganador, ambición, calidad deportiva y humana y respeto a los rivales, todo lo cual ha hecho de nuestras selecciones no sólo equipos de máximo nivel competitivo internacional sino también ejemplos de valores.

Pero una vez conseguidas y celebradas como merecen las medallas que han rubricado este verano histórico -por las que hay que felicitar a todos los miembros de estas cinco selecciones-, hay que seguir trabajando con la misma ilusión, ambición y compromiso que hasta ahora porque estos éxitos tienen que servir no sólo para disfrutarlos ahora sino también, y sobre todo, para no dejar de preparar el futuro.

En la FEB hemos tenido siempre claro que el baloncesto femenino es una pata fundamental de todo el baloncesto español, imprescindible para seguir creciendo, y lo hemos demostrado poniendo a su disposición todos los medios posibles. Por eso estos éxitos nos saben siempre a oro.