Derecho a soñar

La trayectoria de la Selección y del Baloncesto Español nos da licencia para soñar en el campeonato del Mundo de Turquía. Somos el único equipo que ha estado en las últimas cuatro finales posibles (dos Eurobasket, unos Juegos Olímpicos y un Mundial) y tenemos potencial para volver a estar, porque hay calidad e ilusión para conseguirlo.

Aunque además de en la cancha, el éxito deportivo del baloncesto español se ha desarrollado de forma paralela en los despachos, lo que ha propiciado que la Federación roce los 18 millones de euros de presupuesto para 2010 con un peso de las subvenciones de sólo un 17% de los ingresos, mientras que cuando accedí a la presidencia el 75% del presupuesto venía directamente de ayudas. Hoy el 82% procede de recursos propios y la marca del baloncesto español va hacia arriba. Por eso, hemos planteado su asociación con otras enseñas, como la del Mundial u otras instituciones.

Tenemos la suerte de trabajar con un producto universal. Todo el mundo ha jugado alguna vez al baloncesto. Ya sea con una pelota o con un papel arrugado, no hay nadie que no juegue, pero no se ha dado cuenta. En la élite, juegan los más altos, pero yo quiero que juegue cualquiera ya que el nuestro es un deporte que, además, se puede practicar sólo.

Sabemos que el baloncesto deja un importante legado no sólo por las instalaciones deportivas, sino que ayuda con proyectos sociales, además de favorecer la marca España y atraer al turismo. Por tanto, para el Mundial no queremos hacer una campaña local, sino internacional y ese trabajo comienza en Turquía con la promoción de nuestro país liderada por la Selección que abrirá camino con su participación deportiva.

El mejor evento que se podía organizar

Para mí ha supuesto una gran alegría ver un pabellón precioso como la Caja Mägica repleto un 22 de agosto en Madrid, porque el Baloncesto Español ha demostrado que está capacitado para liderar la organización de eventos de este calibre y seguir superando retos. Creo que este partido entre España y Estados Unidos era el mejor evento que se podía organizar este verano y, entre todos los que formamos la familia del deporte de la canasta en nuestro país, hemos conseguido que fuera un éxito.

Perder o ganar este encuentro no cambiaba el objetivo. Lo sabíamos desde antes de jugar aunque algunos, por desconocimiento, despreciaban a un equipo que ha demostrado ser una gran selección y la máxima aspirante al título mundial según reflejan unánimemente incluso las casas de apuestas.

Me gustaría mostrar mi agradecimiento a todas las personalidades que nos han honrado con su presencia, a los aficionados por su aliento y a los medios de comunicación por su impresionante cobertura. Aunque merece especial atención el cariño y apoyo que nos han brindado nuestros patrocinadores. Un grupo de empresas e instituciones sin las que no sería posible seguir soñando con prolongar nuestro reinado como mejor Baloncesto del Plantea.

A disfrutar del Desafío… sin excusas

Nos acercamos al Desafío. Un hito histórico que se disputará en La Caja Mágica con el techo abierto (si la meteorología lo permite) y será una fiesta para el Baloncesto Español, además de un buen test cara al Mundial de Turquía. Pase lo que pase el día 22 Estados Unidos debe ser el principal favorito, por tradición y por potencia. Pero, lo que está muy claro, es que nosotros estamos a un altísimo nivel competitivo. Tenemos un magnífico equipo y aspiramos a todo. En ese aspecto, vamos a estar en esa línea por lo que esperemos y deseemos acabar entre los mejores en Turquía. Esta preparación para el Mundial ha consistido en ir superando retos: hemos traído a campeones olímpicos como Argentina. Rivales de altísimo nivel como Lituania, Eslovenia o Brasil, y el partido en la Caja Mágica será un espectáculo de lo mejorcito que se puede dar ahora mismo en programación de baloncesto a nivel mundial.

Con este tipo de iniciativas nosotros jugamos también con el riesgo. Hay determinados factores en los que tenemos que intentar estar por delante de los demás, y uno de los ellos es buscar otras nuevas dimensiones. Y que la gente, además del partido de baloncesto, tenga una magnífica fiesta y se lo pase bien, que es lo que todo el mundo quiere. En eso no vamos a ser conservadores.

Igual que en el tema tan comentado de las ausencias: no nos gusta hablar demasiado de ellas porque no buscamos excusas. La nuestra es la de Pau, un jugador espectacular y el mejor de la historia de España, seguramente, pero a partir de ahí tenemos una Selección muy fuerte y no vale ningún tipo de reserva. Eso era antiguamente. El equipo es el que es y no hay que asumir papeles de Pau. No podemos estar bajo la sombra de nadie. Nos hubiera encantado que hubiese estado, igual que comprendemos que no esté. Pero el equipo tiene una personalidad propia y cuenta con unos jugadores que aspiran a lo máximo en todos los aspectos. Creo que hay la suficiente calidad para afrontar retos como el desafío o la disputa del Mundial.

Cumplir con nuestra obligación

Escribo este post de madrugada desde el coche de regreso a Madrid tras haber asistido al Torneo de Vitoria. Una cita que ha generado ríos de tinta por el hecho de que la Selección española volvía a jugar en el País Vasco tras más de dos décadas de 'exilio'. Tras un intenso fin de semana me quedo con la organización de un magnífico torneo con grandes rivales y una ciudad entregada. Hemos disfrutado con el ambiente de una afición entendida que no ha tenido ningún complejo a la hora de expresar su orgullo por pertencer a España.

Además queríamos devolverle al País Vasco parte de lo que nos ha dado a lo largo de la historia del Baloncesto Español. Hay una gran afición en Euskadi y Vitoria es una de las ciudades mejor estructuradas en el deporte de la canasta, así que estar aquí suponía para nosotros una obligación y un reconocimiento más que una prueba.

Por último me gustaría mostrar mi más sincero agradecimiento a todas las Instituciones Vascas, a su Federación Autonómica, que han colaborado desde el primer momento con este proyecto, así como a todos los aficionados por el interés y cariño que han mostrado por la Selección.

La normalidad

Después de muchos años sin hacerlo, la Selección Española de baloncesto va a pisar esta semana tierra vasca en su camino de preparación hacia el Mundial de Turquía. Para la Federación Española de Baloncesto, acudir al País Vasco de la mano del equipo que tan bien nos representa a todos –con valores y con éxitos a partes iguales- es un verdadero orgullo. Más aún porque de este modo podemos corresponder al interés que su Gobierno ha mostrado en todo momento por abrir ese largo paréntesis histórico.

Nuestra presencia en Vitoria a partir de hoy tiene que ser para los aficionados vitorianos y vascos en general una fiesta del baloncesto. Nuestra Selección va a jugar dos partidos con unos rivales del máximo nivel internacional, y va a intentar, como siempre que salta a una cancha, ofrecer el mejor espectáculo posible. Que no sólo sea un premio para todos aquellos que acudan al Buesa Arena como estamos convencidos de que todos lo vamos a disfrutar sino también una forma de reconocer la importante aportación en los últimos años del deporte vasco al crecimiento y desarrollo del deporte en general y el baloncesto en particular, y de la que Vitoria –una ciudad que respira baloncesto por todos sus poros- es un excelente ejemplo.

Nosotros tenemos un reto: la normalidad.
Artículo Publicado en La Razón, el jueves, 4 de agosto de 2010

Un reto compartido

Este verano la Selección asumía un reto compartido con Las Palmas de Gran Canaria: dar relevo a la excelente acogida y organización que, año tras año, la Selección encontraba en San Fernando. Tras el final de la concentración nuestra particular Pretemporada, que terminó el sábado con el comienzo de la Gira ante Canadá, sólo puede calificarse como excelente.

Estamos encantados del recibimiento que hemos tenido por lo que me gustaría agradecer a todos los canarios -con el Presidente del Cabildo como máximo representante- su implicación en un proyecto que trasciende a esta concentración ya que lleva implícita la participación de Las Palmas como sede del Mundial 2014.

Canarias es la tierra de la doble ‘C’ de Credibilidad y Compromiso con un proyecto que pretende dejar un importante legado en estas islas que son la puerta de acceso a tres continentes. Sabemos que la celebración del Mundial en Canarias además de una fiesta deportiva debe suponer para el archipiélago una oportunidad de aprovechar sinergias para mejorar la inversión, la infraestructura, además de la repercusión social y turística –gracias a la implicación de Turespaña- que lleva consigo el Deporte como promoción de nuestro país.

Hemos podido comentar estas ideas con los principales políticos y representantes de los Medios de Comunicación a los que aprovecho para agradecer el tratamiento que nos han dispensado y pedirles que sigan apostando por el Baloncesto Español como lo han hecho hasta el momento.