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lunes, 15 de septiembre de 2008

2014: un nuevo reto de futuro

Lo hemos explicado muchas veces: en la FEB no nos conformamos con celebrar los éxitos de nuestros equipos y nuestras competiciones, miramos siempre al futuro. Pero mucho mejor que explicarlo con palabras es demostrarlo con hechos, y el ingente trabajo que hemos puesto en marcha para conseguir para España la organización del Mundial 2014 es un ejemplo.

Nos hemos propuesto el 2014 como un gran reto de futuro, aunque la carrera por conseguir la designación por parte de la FIBA empezó hace sólo unos meses y acabará dentro de poco más de medio año. Nosotros tenemos la ventaja del trabajo avanzado, fruto de la reciente organización del Eurobasket del 2007. Pero queremos presentar un proyecto deportivo-social del Mundial diferente a lo que han sido hasta ahora estos campeonatos; y además, pretendemos ofrecer la mejor imagen organizativa posible de nuestro país para colaborar en la consecución de los Juegos Olímpicos de 2016 para la ciudad de Madrid.

Trabajar a fondo como estamos trabajando ya por ese 2014 que parece lejano pero no lo es tanto, es una nueva fuente de ilusión. Por eso la FEB ha logrado ser una organización líder, porque queremos mantener, y multiplicar, la vocación que nos permite mantenernos en la elite. Si logramos, estoy convencido, y lo he dicho ya en numerosas ocasiones, de que el 2014 puede ser un nuevo momento histórico para el baloncesto español.

Y me satisface comprobar que no soy el único. Al menos eso es lo que se desprende del interés que nos han hecho llegar ya numerosas ciudades españolas, dispuestas a convertirse en sede del Mundial y que se están encargando de dar fuerzas al empuje que le estamos dando desde la FEB. Es nuestro nuevo reto de futuro, y queremos alcanzarlo.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Sin jugadores y personas como Nacho no habría sido posible

Cuando un jugador decide colgar las botas se acostumbra a repasar su palmarés, sus títulos, medallas, victorias… Pero hay deportistas cuya huella está muy por encima de los éxitos materiales, incluso aunque los haya conseguido sobradamente. Uno de esos jugadores es Nacho Rodríguez.

Nacho es, lo fue desde sus inicios y lo va a seguir siendo, un enamorado del baloncesto, un hombre de nuestro deporte. En el Maristas, en el Unicaja, en el Barcelona, en Alicante, en Menorca y también en Valladolid lo han podido comprobar a lo largo de una carrera intachable que, para nuestra fortuna, tuvo también un brillante capítulo en la Selección.

Lo he dicho muchas otras veces y lo repito hoy, casi a la misma hora en que Nacho anuncia en Málaga su retirada de las pistas: sin jugadores y personas como él difícilmente habría sido posible estar viviendo el sueño que vivimos ahora, cada verano. Nacho, al igual que compañeros suyos como Alfonso Reyes, Alberto Angulo o Alberto Herreros, fueron quienes empezaron a moldear el carácter, el espíritu y la voluntad de compromiso de las estrellas a las que dieron el relevo. En una época en la que España estaba mucho más lejos de los podios, ese carácter, ese espíritu y esa voluntad de compromiso que tan bien encarnó él hicieron posibles éxitos como la medalla de plata de 1999 y la de bronce de 2001.

En la FEB ya sabíamos que Nacho llevaba unos meses meditando su retirada. De hecho, con nosotros quiso explorar este verano –como entrenador ayudante de la Selección Promesas- qué le podía ofrecer el baloncesto no ya desde la pista sino desde el banquillo. Ahora que ha dado definitivamente el paso, sabe que tiene nuestras puertas abiertas. Porque Nacho Rodríguez forma parte de nuestra historia tanto como el que más.

Muchísima suerte en tu nueva etapa, Nacho. Y gracias por todo lo que como jugador nos has sabido dar.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Siempre tendremos un recuerdo para él

Los trece hijos y muchos nietos de Ernesto Segura de Luna tuvieron ayer la más cariñosa y sentida prueba de que el mundo del baloncesto no olvida nunca a quienes, como su padre y abuelo, le han dedicado gran parte de su vida. En el caso de Don Ernesto, nada menos que un cuarto de siglo, en el transcurso del cual nos dio una lección de capacidad de trabajo y de voluntad de diálogo, y también de una visión de futuro sólo al alcance de esos dirigentes excepcionales que saben sumar a la experiencia que dan los años una mentalidad permanentemente abierta. Por eso consiguió ser un presidente joven incluso cuando, ya cumplidos los 82, se aprestaba a pasarme el testigo.
Ayer, todos los que acudimos a despedirle recordamos a aquel Don Ernesto exigente consigo mismo y con sus colaboradores, ejemplo de disponibilidad, capaz de dirigir una reunión de la FEB en Madrid, dos días después haber volado hasta cualquier otra ciudad de cualquier continente para participar en una cumbre internacional y, de retorno, acudir directamente a algún pabellón en el que se le esperaba; todo, ya casi con 80. Y también recordamos, por supuesto, a aquel presidente capaz de ser el centro de una sobremesa inacabable saboreando uno de sus puros favoritos.
Pero, sobre todo, escuchamos a una de sus hijas explicarnos, emocionada, que su padre había sabido vivir hasta disfrutar, aunque esta vez ya fuera por televisión, un momento histórico para nuestro baloncesto. En los que están por venir siempre tendremos un recuerdo para él.

ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO MUNDO DEPORTIVO en su edición del martes 2 de septiembre de 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

En memoria de Don Ernesto

Ayer fue un día triste para la gran familia de nuestro baloncesto. La repentina e inesperada noticia del fallecimiento de Ernesto Segura de Luna nos dejó un hueco imposible de llenar porque Don Ernesto, que es como le llamábamos todos de forma cariñosa, se había ganado para siempre ser una parte impor-tante de la historia de nuestro baloncesto.
No en vano lo dirigió durante prácticamente un cuarto de siglo. A lo largo de sus dos largos y fructíferos mandatos como presidente de la FEB, Don Ernesto dio muestras no sólo de una enorme capacidad de trabajo al servicio de nuestro deporte sino, sobre todo, de saberse adaptar a las necesidades y exigencias de los tiempos. Y lo hizo con la mano maestra de un dirigente experto que sabía escuchar a los excelentes colaboradores de los que siempre se supo rodear, porque el baloncesto al que él llegó –procedente de la Federación Catalana- poco o nada tenía que ver con el dejó casi tres décadas después, hace apenas cuatro años. Aunque en realidad nunca lo dejó del todo, porque a pesar de que inevitablemente iba sumando años –hasta los 86 con que ha fallecido- siempre mantuvo una mentalidad joven y abierta. Como él mismo dijo hace un par de años, cuando recibió el homenaje conjunto que le tributamos FEB y FIBA, el baloncesto fue su vida.
No exageramos si le reconocemos haber sido uno de los directivos más influyentes, más respetados y con más personalidad del deporte español, al que el baloncesto estará siempre agradecido. Su lúcida visión de futuro, su predisposición al diálogo por encima de todo y su total disponibilidad para el baloncesto son parte de su legado, que yo personalmente, como su sucesor en el cargo, no he querido olvidar en ningún momento, en reconocimiento tanto a la colaboración que en todo momento me prestó como a la generosidad de que hizo gala al ofrecerme la vicepresidencia de la FEB, hace ya diez años, poco después de haber sido su rival en el más reciente proceso electoral.
Por todo ello, en nombre de la FEB y de todo el baloncesto español, descanse en paz, Don Ernesto.
ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO ABC en su edición del domingo 31 de agosto de 2008