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lunes, 3 de mayo de 2010

El mayor éxito de todos

Que a poco menos de tres meses del inicio de la concentración para el Mundial de Turquía la Selección sea ya motivo de comentarios, elucubraciones y debates demuestra a las claras su tirón mediático único en nuestro baloncesto. Al igual que hace un año, se especula ya con la presencia o no de uno u otro jugador y se empiezan a hacer las quinielas de cada año.

Hace unas semanas ya, en un foro empresarial celebrado en Madrid en el que la Selección fue uno de los máximos focos de interés, mi única respuesta a todas las preguntas fue que en este verano en el Mundial de Turquía España luchará por lo máximo porque, sencillamente, éste es el espíritu del equipo.

Un espíritu que le ha permitido no sólo conquistar medallas y títulos del todo impensables hace apenas unos años sino también convertirse en un equipo de referencia para todo el deporte español y mundial. Enfrentarse este próximo verano a Estados Unidos en nuestra casa después de haber presentado este espectacular Desafío de Campeones nada menos que en el All Star Game de la NBA –además, un All Star histórico- es sinónimo del máximo respeto y admiración internacional que ha alcanzado la Selección. Y no sólo por sus triunfos en la pista sino también –y en ocasiones sobre todo- por los valores que ha transmitido, transmite y seguirá transmitiendo, como cada verano lo hacen todas nuestras selecciones, tanto masculinas como femeninas.

Son tanto las medallas como esos valores los que en los últimos meses recientemente nos ha permitido recoger en Lanzarote -en la prestigiosa Gala de la Asociación Española de Prensa Deportiva- y en León dos nuevos premios concedidos a nuestras dos selecciones absolutas por sus éxitos del pasado verano, el oro de los chicos en Katowice y el bronce de las chicas en Riga. Y lo que nos ha llevado a recoger hoy en Madrid la prestigiosa Copa Barón de Güell como reconocimiento a un verano –el de 2009- del todo histórico con nada menos que 8 medallas.

Son reconocimientos que se suman a los otros muchos que también hemos recogido recientemente y que no hacen sino demostrar que nuestros equipos han alcanzado el mayor nivel posible de identificación no sólo con quienes son viejos aficionados al baloncesto sino también con quienes, sin serlo, se sienten representados por ellos.
Y éste es el mejor éxito de todos.