El título de Euroliga conquistado de forma brillante este pasado fin de semana por el Regal FC Barcelona en París significa un nuevo éxito del baloncesto y el deporte español en general, pero es también, en particular, un triunfo resultado de un trabajo excelente, una gran planificación y una fantástica estructura, tres condiciones imprescindibles para el éxito.
La victoria del equipo azulgrana ha sido más que merecida. En los dos partidos disputados en la capital francesa contra rivales nada cómodos como el CSKA y el Olympiacos, en los que vivimos un ambiente excelente, ha mostrado un gran nivel de juego y competitividad. Y ha exhibido también todas las virtudes de un magnífico grupo tanto en lo profesional como en lo humano. Un grupo que dirige de forma excelente Xavi Pascual y en el que los jugadores españoles cuentan con un protagonismo notable: Ricky, Fran, Víctor, Roger...
Con mención especial para el que sin duda es uno de los grandes jugadores, no sólo de la historia del baloncesto español sino del baloncesto mundial, uno de los jugadores con mejor palmarés del mundo: Juan Carlos Navarro, con el que tenemos la suerte de poder contar en la Selección. Su elección como MVP de esta Final Four es una perla más en su extraordinario historial.
La felicitación por este éxito se tiene que extender a todo el club, desde su presidente Joan Laporta por el apoyo que su directiva presta al baloncesto, hasta el excelente trabajo de Joan Creus en los despachos y Xavi Pascual en el banquillo. Porque un sonoro éxito internacional como éste no se consigue sin el trabajo, el esfuerzo y la implicación de todos.