Hace 25 años, sólo 25 años, mientras nosotros trasnochábamos en España, un equipo inolvidable nos hacía soñar desde Los Angeles. Hace 25 años, pero parece que fue ayer porque aquella medalla de plata olímpica de 1984 ha sido para toda una generación de españoles la mayor referencia histórica de nuestra pasión por el baloncesto.
Ahora, un cuarto de siglo después de aquel agosto inolvidable, muchos de quienes entonces lo vivimos y lo dormimos en función de los partidos de nuestra Selección lo seguimos haciendo verano a verano, cada cual desde su cargo pero todos con idéntico sentimiento de ilusión por un deporte, nuestro baloncesto, que en gran medida aprendimos a amar gracias a aquel equipo.
Para la FEB va a ser un motivo de orgullo reunir este día 30 en Murcia a una gran parte de quienes lo formaron en Los Angeles, para hacerles llegar el merecido homenaje y las mayores muestras de agradecimiento de todo un deporte y de todo un país volcado en él. Tristemente no podrán estar todos, y gran parte de nuestros recuerdos estarán dedicados a dos de los protagonistas de aquella medalla legendaria, Antonio Díaz Miguel y Fernando Martín, a cuya ausencia nunca nos podremos acostumbrar.
Reunirles además junto a nuestra actual Selección –que, como aquella, también es brillante subcampeona olímpica, además de campeona de mundo- será una satisfacción doble, porque los éxitos de los que ahora gozamos son sin lugar a dudas herederos del espíritu con el que aquel Equipo dejó huella en la historia de nuestro baloncesto.
Es un placer celebrar el 25 aniversario de aquella plata de Los Angeles que de alguna forma marcó también una parte de nuestras vidas.