En la FEB hemos dicho muchas veces que nos gusta ganar pero siempre hemos añadido que tan importante como los éxitos deportivos es la forma en que se consiguen. Es por eso por lo que del Eurobasket hemos regresado felices por la medalla de oro y también orgullosos de que nuestra Selección haya exhibido, una vez más y en esta ocasión de la mano de Sergio Scariolo, tanto sus grandes cualidades profesionales como esos valores que la han convertido en un punto de referencia del deporte español e internacional.
A lo largo de las dos semanas en Polonia hemos asistido a otra gran lección de compromiso y trabajo en equipo, que son los dos ingredientes básicos con los que esta generación de jugadores ha hecho historia disputando las últimas cuatro grandes finales internacionales, y ganando dos de ellas. En especial su trayectoria en este último campeonato, su manera de superar las dificultades, ha sido un ejemplo impresionante para todos. Un ejemplo y un orgullo.
Para los miles de aficionados españoles que pusieron color a las gradas de Katowice, para los millones de telespectadores que un año más batieron records de audiencia en televisión, y para nuestros más jóvenes, chicos y chicas, que tienen el mejor espejo posible en el que mirarse.
Porque no podemos olvidar que este oro del Eurobasket absoluto ha sido la guinda a un verano histórico, en el que nuestras selecciones han regresado a casa con nada menos que ocho medallas, la mitad de ellas de oro. Un éxito global sin precedentes que nos permite mirar al futuro con la ilusión intacta y que desde a FEB queremos compartir no sólo con el mundo del baloncesto, en especial con los clubes en los que se forjan jugadores y jugadoras, sino también con todo el deporte español.