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viernes, 21 de agosto de 2009

No nos van a decepcionar

Conseguir siete medallas sólo puede ser fruto del trabajo en equipo, el compromiso de jugadores y técnicos y, por supuesto, la calidad y competitividad de todos ellos. Es lo que han ofrecido nuestras selecciones en este verano histórico, y lo que nos permite reafirmarnos en nuestros planteamientos y método de trabajo, especialmente porque los éxitos logrados por nuestras selecciones en categorías de formación nos han permitido no sólo disfrutar de este verano sino también poder seguir mirando al futuro con optimismo, ilusión y ambición.

No es el primer año que España se consagra como la mejor cantera de Europa. Lo somos, además, tanto en chicas como en chicos. Liderar los tres rankings –el masculino, el femenino y el general- no puede evidentemente ser producto de unas buenas actuaciones puntuales; es el resultado del trabajo realizado no únicamente en unas semanas de concentración y competición sino durante toda una temporada, o varias.

Nuestros jóvenes, chicas y chicos, demuestran cada verano que si se les deja competir, están al máximo nivel internacional; que si se les hace un hueco, lo cubren como los mejores. Por eso he dicho, y repito aquí, que sería un crimen que a todos ellos y ellas no les llegara la oportunidad de poderlo demostrar también en nuestros clubes de elite, en los que a veces recalan auténticas medianías que, inevitablemente, cierran el paso a nuestros jóvenes.

En la FEB estamos plenamente consagrados a la tarea de perseguir el crecimiento de nuestro deporte, a todos los niveles y a partir de todos los estamentos. Pero tenemos que ser todos conscientes de que ese crecimiento pasa en gran medida por apuntalar el futuro confiándolo en gran medida a nuestros jóvenes. No sólo porque lo merecen y lo reclaman sino porque no nos van a decepcionar.