Si ya en los días y horas previos al All Star de la NBA nos debíamos sentir es-pecialmente orgullosos de ser españoles, una vez bajado el telón de la fiesta en Phoenix, con la guinda de la actuación de Pau Gasol en el Partido de la Estrellas, nuestro orgullo es aun mayor.
No es para menos, porque el baloncesto español ha hecho historia. Y la ha hecho no únicamente en base a la participación de nuestros tres jugadores sino también porque en este largo y glamouroso fin de semana, tanto Pau como Rudy y Marc han exhibido en el US Airways su calidad deportiva y profesional pero también esos valores que han llevado a nuestra Selección –y tras ella, a todo nuestro baloncesto- a lo más alto de los podios, las audiencias y los reconocimientos.
Ya el viernes Marc y Rudy dejaron su huella en el partido de rookies, y el domingo ha sido Pau quien ha cerrado la fiesta ocupando un puesto –ya no un hueco- entre los mejores; pero el sábado fue imposible no emocionarse con ese detalle de Rudy al realizar su primer salto con la camiseta del recordado y añorado Fernando Martín. El agradecimiento a quienes nos han precedido, el homenaje a quienes ni siquiera el paso del tiempo debe hacernos olvidar son de esos valores de los que también nos sentimos tan orgullosos y sin los cuales sería mucho más difícil alcanzar los éxitos que hemos alcanzado.
“Está bien conseguir que tu país te admire, pero es mucho mejor lograr que el mundo admire a tu país”, decía Pau meses atrás en un anuncio. Pues bien: de nuevo gracias a nuestros extraordinarios jugadores –y personas-, seguro que después de este All Star el mundo admira a nuestro baloncesto un poco más de lo que ya lo admiraba.
Ha sido fantástico vivirlo junto a ellos.