La gran fiesta en Fuenlabrada no sólo ha puesto un brillante punto final a la apasionante temporada en las Adecco LEB sino que también ha abierto la puerta a una nueva etapa de estas competiciones, nacidas hace ya más de una década y plenamente consolidadas como competiciones de referencia de nuestro baloncesto. El empuje deportivo que han representado en estos años ha ido también acompañado de un empuje social extraordinario, del que las Finales a 4 de este pasado fin de semana han sido un inmejorable ejemplo, con aficiones llegadas desde varios rincones de España y entregadas sin condiciones a sus colores.
Un brillante nivel deportivo, un óptimo empuje social y una excelente repercusión mediática son los tres grandes fundamentos sobre los cuales queremos que las competiciones Adecco sigan creciendo y representando mucho más que un segundo escalón de nuestro baloncesto. Abriendo aun más las puertas a los jugadores seleccionables, adaptando de forma pionera las nuevas reglas del baloncesto FIBA y contando con un patrocinador que es de hecho ya un socio, las ligas Adecco están en condiciones de dar un salto cualitativo más.
Y reestructurada en dos grandes categorías va a seguir siendo cada temporada un poco más elite, y con una mayor identidad si cabe.
En sus trece años de vida, las LEB han sido competiciones de referencia para clubes, para jugadores, para entrenadores, para árbitros, para aficiones y para unos medios de comunicación –especialmente locales- que también la han ayudado a crecer. La pasada temporada, sin ir más lejos, la Oro fue la quinta Liga europea con más público en las gradas.
Hoy por hoy no se puede hablar de baloncesto español sin hacerlo de las competiciones Adecco. Es para estar satisfechos. Pero también para seguir marcándonos retos, como el que ha surgido de nuestra última asamblea.