Trece años de vida avalan a las competiciones LEB como un proyecto plenamente consolidado y con un espacio propio en la estructura del baloncesto español, pero también con unas posibilidades de crecimiento a las que no queremos renunciar.
Sin las actuales Adecco LEB no puede explicarse la evolución reciente de nuestro deporte. En el transcurso de su trayectoria, desde su nacimiento la temporada 1996-97, ha contribuido de forma incuestionable a la expansión del baloncesto por toda la geografía española. Ha potenciado o creado aficiones y clubes; ha permitido su desarrollo profesional a jugadores, entrenadores, árbitros y directivos; y ha atraído al baloncesto a ciudades e instituciones que se han acabado identificando plenamente con nuestros valores.
Y con todo ello queremos seguir evolucionando, en un proyecto rentable para todos, con objetivos comunes, y unitario aunque con diferentes señas de identidad. Porque la Adecco LEB es ya más que una competición: es un auténtico club de baloncesto que integra ciudades, entidades, clubes y patrocinadores, profesionales, y un público fiel.
El reto que nos planteamos ahora, trece años después de su creación, es seguir creciendo adaptando la competición a las circunstancias del momento y a las exigencias reales del baloncesto actual en todos los sentidos –desde el envoltorio social de cada partido hasta el sistema de competición-, de modo que la podamos ir haciendo más atractiva si cabe.
Es nuestro reto y nuestro objetivo, que esperamos empezar a moldear con la participación de todos en el Congreso Adecco LEB que vamos a celebrar esta semana en Madrid.