No es un habitual que una Federación Autonómica domine unos Campeonatos de España de forma abrumadora, porque el trabajo en la base, afortunadamente, es generalizado en nuestro baloncesto. Pero sí se ha dado este año en la primera cita de nuestros y nuestras jóvenes en 2009. De Cáceres, de los campeonatos autonómicos infantiles y cadetes, Canarias se ha llevado una triple corona difícilmente repetible.
Si ganar un único título –no importa en qué campeonato ni en qué categoría- ya es de por sí complicado, ganar tres de los cuatro en juego se convierte en poco menos que una quimera. Pero no lo ha sido este año para el baloncesto canario de formación.
Y un éxito de este tipo no es desde luego casualidad. El baloncesto canario ha sido desde siempre un excelente vivero para el baloncesto español, y no sólo de jugadores y jugadoras; también de clubes, de entrenadores, de árbitros y de dirigentes. Los tres títulos conquistados por sus selecciones de base -infantil femenino y cadetes masculino y femenino- no pueden ser otra cosa que el resultado de un trabajo riguroso, constante y con la mayor de las ilusiones.
Todo lo cual se palpa cuando uno está en Canarias, porque allí el baloncesto, lejos de ser un relleno, es en los medios de comunicación un deporte con un tratamiento amplísimo, cuando no prioritario. Y así es como nuestro deporte tiene que avanzar: formando jugadores, jugadoras, entrenadores, árbitros y dirigentes, consolidando clubes y alcanzando el respaldo de los medios de comunicación. De ahí también, probablemente, la ilusión que Las Palmas ha puesto desde el principio en formar parte de la gran aventura que es luchar por conseguir para nuestro país la organización del Mundial 2014.
El baloncesto canario merece nuestra primera enhorabuena del año.