Si el último ciclo de la FEB se pudiera resumir en una sola palabra, probablemente sería crecimiento. Del 2004 al día de hoy hemos crecido en lo deportivo, en lo económico y en lo social.
En lo deportivo, con más jugadores y jugadoras, más equipos, más competiciones y más éxitos internacionales, algunos tan sonados como la plata olímpica del pasado verano y el oro del Mundial de 2006, que han colocado al baloncesto español en posiciones líderes de los rankings mundiales y que supusieron, además, una explosión mediática sin precedentes con audiencias televisivas multimillonarias.
En lo económico, con presupuestos récord que doblan a los de una década atrás con un aumento exponencial de los ingresos por recursos propios, que nos han permitido reinvertir en todos nuestros programas, incluidos los de promoción.
Y en lo social, por un lado con la captación para nuestro deporte de millones de niños y niñas a través del Programa Escolar y el Tribasket, con el ambicioso objetivo de colocar un balón en cada casa; y en otro sentido gracias a los programas de nuestra Fundación Sociocultural Baloncesto, cuya labor ha sido reconocida ya por varios premios, entre ellos la Medalla al Merito Social Penitenciario otorgada por el Ministerio del Interior.
Un engranaje que en gran medida se apoya en una plataforma tecnológica de primer nivel y una política de comunicación que ofrece la máxima cobertura a todo nuestro baloncesto.
Por todo ello puede asegurarse que la FEB es hoy por hoy el gran motor del baloncesto español. Y como tal ha recogido un reconocimiento internacional unánime, que alcanzó su mayor expresión cuando el máximo responsable de la selección de Estados Unidos que conquistó la medalla de oro en los JJ.OO. de Pekín, Jerry Colangelo, aseguró que ellos habían copiado nuestro método de trabajo; pero que también queda reflejado en la felicitación que hace apenas unas semanas ha merecido, por parte de las demás federaciones europeas, nuestro Programa Escolar y de captación de jóvenes.
El Método FEB, pues, se ha consolidado más allá de nuestras fronteras. Un método de gestión que se define por cuatro conceptos imprescindibles: profesionalidad, eficacia, ilusión y trabajo en equipo.
Todo lo cual ha confluido, por si fuera poco, en una época de verdadera paz social en nuestro deporte. En los últimos cuatro años hemos firmado convenios de colaboración con los jugadores, las jugadoras, los entrenadores, los médicos y los árbitros, y dos con la ACB, al tiempo que nuestro país ha recuperado peso y respeto en los órganos de decisión del baloncesto mundial.
No es exagerado reconocer que la FEB es hoy por hoy una empresa deportiva ejemplar, moderna y avanzada, una auténtica empresa del siglo XXI, con vocación de servicio y al servicio del baloncesto. Nuestro único objetivo es que no pare de crecer para seguir siéndolo.